lunes, 11 de septiembre de 2017

CRÓNICA DE UN FIN DE CURSO CONSCIENTE

Con la llegada de julio, llega el momento de despedir el curso, llegan las vacaciones y acaba un ciclo que da comienzo a otro que se inicia en septiembre. Algunos todavía siguen en nuestra escuelita, otros se hacen 'mayores' y emprenden otro camino para comenzar un nuevo ciclo en su nueva escuela.


Sin lugar a dudas hay infinitas formas de celebrar un fin de curso, pero nuestra intención era celebrarlo de manera consciente y teniendo en cuenta los medios de los que disponíamos, y así surgió la idea de una celebración especial. Buscamos fuentes de inspiración en diferentes lugares y fue la entrevista que 'Mi lunita y yo' le hizo a Rocío Alberich, la que nos inspiró con el modo en el que la escuela Waldorf organiza su ceremonia para despedirse de su último año en infantil y dar paso a su primera clase de primaria. En nuestro caso, algunos pequeños sí que finalizaban su último curso en nuestra escuelita para iniciar la escuela de los 'grandes', pero madurativamente no acababan una etapa propiamente dicha, ya que la etapa infantil no finaliza hasta la metamorfosis de los 7 años (con el paso a la primaria).
Por todo esto optamos por celebrar una fiesta que se adaptara a nuestra realidad y que a su vez que fuera fiel a nuestros principios.

¿Cómo se estructuró la fiesta?

Teníamos claro que queríamos una fiesta en la que los pequeños pudieran disfrutar, porque ellos tenían que ser los protagonistas, así que teniendo en cuenta la visión sistémica de nuestra escuelita, queríamos que los familiares también pudieran vivirla activamente.
Básicamente celebramos la fiesta en dos partes:
  • La ceremonia: el fin de curso simboliza el final de un ciclo y el inicio de otro. Una oportunidad para mirar atrás, interiorizar los aprendizajes y mirar hacia adelante para iniciar nuevos retos, una nueva oportunidad para aprender de los errores y compartir juntos todos los momentos vividos.
  • La fiesta familiar: momentos para conversar, compartir el pica-pica, jugar y disfrutar, y como no podía ser de otra manera, para hacer fotos.

La ceremonia

Un fin de curso siempre tiene que tener ese halo de sorpresa para las familias, así que antes de que llegaran las familias, los pequeños estuvieron conociendo el lugar donde celebramos la fiesta, preparándose y descubriendo qué pasaría cuando llegaran el resto de asistentes.

Por supuesto, era una sorpresa, así que cuando llegaron todos, los pequeños estaban bien escondiditos detrás de una preciosa puerta por la que más tarde saldrían acompañados.

Y una vez que estábamos todos, se inició la ceremonia. Cada pequeño, acompañado por su papá-mamá siguió el camino correspondiente hasta llegar a un altar en el que cada uno recibió su libro como recuerdo de todo un curso de aventuras.


Y aunque todos acabábamos un curso que en septiembre daría comienzo a uno nuevo, no para todos era igual ya que en septiembre ya no estarían en nuestra escuelita, así que esa diferencia requería una mención especial. Estos llevaban su corona que les habíamos preparado para celebrar el cumpleaños al estilo Waldorfssori y una capa especial que les habíamos preparado a cada uno con telas de algodón orgánico. Esto significaba que deberían hacer un camino más largo hasta llegar al altar cruzando un arco simbólico.
Con la intención de que todos los asistentes pudieran participar en la ceremonia, creamos unas bolsitas de confeti ecológico con hojas de flores y árboles para que los familiares pudieran tirárselas a cada niño que pasaba por el camino con los mejores deseos que tuvieran para cada uno de ellos. Así cada familia recibía de una manera tangible un 'baño' de buenos deseos.


La simbologia de la ceremonia

¿Por qué hacer el camino acompañados de la familia?

Creemos que no solo los niños acaban un curso, ya que de alguna manera las aventuras y experiencias vividas por las familias en nuestra escuelita (aunque ellas no hayan podido estar siempre presentes) también les han ayudado a crecer y aprender no solo cosas de sus hijos, sino también de ellos mismos.

¿Por qué lanzar confeti?


Sentíamos que todas las familias que participaban en esta ceremonia habían formado parte, de una forma u otra, del curso; creando nuevos lazos que también nos unen como a una familia más grande, y creemos que tirar confeti es una manera tangible de sentir los mejores deseos que quisieran dar.

¿Por qué una capa y una corona?

Cuando los niños lucen una capa y una corona, se sienten como un rey o una reina con las connotaciones significativas que ello comporta: sentirse importantes y los únicos protagonistas de ese día (que es lo que queremos).

¿Por qué una capa roja, naranja y amarilla? 

Una de nuestras prioridades es respetar las necesidades de los niños durante la formación de su ser. La primera etapa que definirá la persona que serán de adultos viene marcada por los primeros 7 años de vida, lo que se conoce como primera infancia o primer septenio. En el Solets les acompañamos durante los tres primeros años de vida, primera fase de este primer septenio. Durante esta etapa, los niños necesitan jugar y explorar el mundo a través de los sentidos, es por eso que representar esta primera etapa con los 7 colores del arco iris nos ha parecido muy representativo. Como nosotras solo podemos acompañarles durante los 3 primeros años, pensamos que los tres primeros colores del arco iris (rojo, naranja y amarillo) tenían que estar presentes.

¿Por qué cruzar un arco?


Con este arco queremos simbolizar la puerta que cruzarán el primer día en la 'escuela de los grandes'. Cruzar este arco simboliza un montón de aventuras, aprendizajes y retos en la nueva escuela; pero a la vez también dejar atrás el día a día en nuestra escuelita.

La fiesta familiar

Una vez acabada la ceremonia y los momentos más emotivos, tuvo lugar la fiesta familiar. Para ello preparamos una zona de pica-pica en la que las familias compartieron una merienda deliciosa. Mención especial tubo este año la mamá de Giselle por sus galletitas y su empanada casera, y el pastel de coco de la yaya de Marc. ¡Todos preguntaban por la receta!


Y con la fiesta de fin de curso llega el momento de la fiesta de espuma: todo un clásico. Nos encanta porque es una actividad que siempre gusta tanto a grandes como a pequeños.


Y por último creamos un espacio para inmortalizar un día tan especial.




¿Por qué celebrar un fin de curso sistémico?

Creemos profundamente en la visión sistémica de la educación: los niños se nutren, aprenden y crecen en conexión con cada contexto en el que se encuentran inmersos (el hogar, la escuela, la familia, las celebraciones,...), es por eso que decidimos dar un giro a los típicos fines de curso y optamos por crear este tipo de celebración compartida en la que todos tuvieran un papel activo.


Libro 'T'estimo, però encara no sé explicar-ho'

Para aquellas familias que estén interesadas, os informamos que tenemos algunas copias extras del libro que recibieron en fin de curso por si alguien quiere adquirir un libro más.




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