martes, 4 de abril de 2017

CELEBRAR LA LLEGADA DE LA PRIMAVERA

Con la llegada de marzo llega un nuevo cambio de estación y aunque oficialmente la primavera llega el 20 de marzo, este año la Naturaleza ha querido adelantarla. El término Primavera está compuesto por los términos 'prima', derivado de primer, y 'vera' derivado de verdor; palabras que describen perfectamente el renacer de la Naturaleza durante esta época en la que muchos árboles parecen despertar del letargo del frío y oscuro invierno para inundarnos con la belleza de las pequeñas hojas verdes que vuelven a poblar los árboles, las florecillas que empiezan a inundar los campos y algunos árboles, y los pequeños insectos y animales que vuelven a salir de sus madrigueras y escondrijos para disfrutar de la llegada del buen tiempo.



Astronómicamente la llegada de esta nueva estación llega con el equinoccio de Primavera, lo cual nos indica que la luz solar irá aumentando progresivamente. Precisamente la palabra equinoccio significa 'noche igual' haciendo referencia a que con la llegada de la primavera las horas de luz solar son igualadas a las horas de oscuridad de la noche.


Descubriendo las sombras que se crean con la luz solar

¿Por qué es importante celebrar y vivir el cambio de las estaciones con los niños?

Cada una de las cuatro estaciones representa una parte del ritmo cíclico anual, que se repite cada año. Conocer las diferentes estaciones conlleva el conocimiento de las condiciones externas que influyen en nuestros cuerpos y estados de ánimo. Con la llegada de la primavera parece que nuestras energías resurgen con más vitalidad al igual que sucede con el despertar de la naturaleza. El aumento de las horas de sol y el buen tiempo nos invitan a pasar más tiempo al aire libre permitiendo que nuestro organismo fije una mayor cantidad de vitamina D gracias a la energía del sol.

Nuestro organismo, a lo largo de miles de años, se ha construido y creado adaptándose al entorno natural, con los cambios cíclicos que este conlleva. Heike Freire, psicóloga y asesora pedagógica, es una fiel defensora de la importancia de la interacción de los niños con la naturaleza, sobretodo en los primeros años de vida para un completo desarrollo a nivel físico, mental y interectual. Es por eso que destacamos la importancia de celebrar la llegada de la primavera de una manera vivencial y natural.

Con frecuencia este cambio de estación se celebra en las aulas pintando flores, enganchando gomets, incluso en la primera infancia. Sin embargo, es la naturaleza la que permite agudizar el sistema sensorial, y la primavera es la estación por excelencia en la que podemos encontrar más vida para alimentar nuestros sentidos. Así que qué duda cabe que la mejor manera de celebararla y hacerla sentir a los niños es en contacto con la realidad.



¿Cómo celebrar la llegada de la Primavera de manera simbólica?

Desde hace unos años decidimos que celebrar la llegada de la Primavera iba a ser una fiesta tan importante en nuestro proyecto educativo como cualquier otra que nuestra cultura marca en el calendario (la Castanyada, la Navidad, el Carnaval,...). 
Seguramente muchos de vosotros habréis visto alguna vez alguna imagen de como se celebra en Japón la llegada de la primavera. Tradicionalmente las familias se reúnen bajo los cerezos en flor y sobre una manta comen en familia al más puro estilo picnic mientras los pétalos de dichas flores caen con el vaivén del viento.
Pètalos que caen de las flores de nuestro cerezo

Esto nos inspiró para crear una celebración en la que pasar la mañana al aire libresalimos al patio para darnos los buenos días, almorzar, jugar y disfrutar de propuestas relacionadas con esta estación.
Cerezo en flor y con sus primeras hojas
Como tenemos la suerte de contar con un 'pedacito de naturaleza' en nuestro patio, cuando los niños llegan al centro por la mañana preparamos las cosas y salimos a celebrar la fiesta:
  • Darnos el 'Bon dia' (buenos días) y cantar a la naturaleza tocándola y observándola directamente (tocar la piedrecitas, alzar la vistas y descubrir la nuevas hojas verdes de nuestro cerezo, sentir como caen los pétalos de las futuras cerezas, descubrir nuevas florecillas que inundan nuestro patio de un color natural, escuchar los pajarillos canturrear,...).

  • Tomar un tentempié de frutas variadas y coloridas en múltiples variantes. Con un poco de hojaldre se pueden preparar unas saludables tartaletas de frutas como las que nos preparó Vanessa, o preparar unas brochetas como las que preparamos con ellos. Un desayuno saludable y lleno de color que simbolice lo que la naturaleza nos ofrece, sus frutas.

  • Preparar diademas con florecillas naturales. Vanessa nos tejió una cadeneta con trapillo y entrelazó algunas florecillas para crear una divertida diadema. Una de las cosas que más nos gustan es que los niños puedan ver como se pueden crear cosas con las propias manos, cultivando su aprecio por las cosas artesanales hechas con el corazón y cultivando su paciencia por esperar para poder tenerlas y disfrutar de ellas.

  • Crear alguna invitación artística. Los espacios exteriores son un maravilloso lugar para crear provocaciones para explorar el arte desde un punto de vista más clásico o desde un punto de vista más innovador. En nuestro caso este año optamos por crear una invitación para pintar con tizas sobre la madera. En el patio tenemos un espacio con maderitas idóneo para ello, así que nosotras pintamos las maderitas que tenemos justo al salir del patio como provocación para que ellos también pudieran hacerlo.
    Es una actividad que les encantó y que les permitirá descubrir la fugacidad del arte, ya que la lluvia de este fin de semana se habrá llevado las obras de arte que solo quedarán vivas en nuestro recuerdo y gracias a las fotos que realizamos de los pequeños en plena acción.

  • Plantar semillas de plantas que den frutos. Hay muchas plantas que se pueden tener en casa y para las cuales no se requiere una gran extensión de terreno, o que incluso pueden ser cultivadas en macetas. En nuestro caso este año plantamos semillas de pepinos, unas plantas que no requieren mucho espacio ni una gran dificultad de cuidados, simplemente un poco de agua, sol y amor son suficientes.

  • Jugar con el movimiento y el aire. En el patio tenemos un columpio colgado de nuestro árbol. Para celebrar la fiesta de la primavera nos pareció divertido transformarlo colgándole una tela para convertirlo en un columpio más clásico y explorar nuevas formas de movimiento y sentir el contacto del viento acariciando la cara.

  • Y lo más importante: disfrutar del juego libre y espontáneo que pueda surgir del contacto directo con la naturaleza (la arena, las piedrecitas, el agua, el barro, las hojas, la tierra,...).
     El contacto con cualquier elemento natural es el mejor material para agudizar el sistema sensorial, desarrollo clave en los primeros años de vida de los niños.
¿Quieres ver más sobre nuestra fiesta?




¿Os animáis a celebrar la llegada de la primavera también en familia? Quizás un picnic en un día soleado, o poner orden el jardín y plantar algunas flores o simplemente acondicionar el espacio para las horas de juego al aire libre que están por llegar..., pueden ser una buena idea.
¿Y vosotros celebráis la primavera de alguna manera especial?


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